¿Qué impulsa el éxito?

El conocimiento del mercado, la tecnología avanzada y procesos eficientes son componentes esenciales del rendimiento económico. Sin embargo, lo que convierte a una empresa o a su oferta en algo realmente excepcional son sus empleadas y empleados. Su compromiso, posiblemente su pasión, transforman una propuesta más en una experiencia única.

Cultura como último factor diferenciador

En una época en la que clientes, talentos y inversores disponen de un amplio abanico de opciones en cualquier momento, a las empresas sólo les queda su cultura y la marca asociada como factor realmente diferenciador. La cultura se ha convertido así en una prioridad estratégica, tanto para atraer y retener talento como para generar confianza en los mercados. Por su carácter distintivo y su persistencia, la cultura no puede evolucionar con fórmulas estándar: Necesita a alguien que la escuche atentamente, la comprenda y la apoye en los momentos difíciles con su corazón, su mente y una gran experiencia.

El liderazgo debe gestionar la complejidad y anticipar el futuro

Las sucesivas olas de globalización y digitalización han transformado el papel del liderazgo. Hoy, las prioridades incluyen dotar de sentido, gestionar la complejidad, liderar el cambio y articular distintos niveles de apoyo. En este escenario, los líderes deben equilibrar metas contradictorias, expectativas contrapuestas y decisiones complejas. Para cumplir con su papel clave en la generación de éxito, necesitan un tipo de apoyo nuevo y personalizado.

Desde hace más de 20 años, me centro en diseñar culturas, liderazgos y entornos corporativos para que las personas puedan y quieran dar lo mejor de sí, los líderes actúen como catalizadores y las organizaciones destaquen por su éxito colectivo.


Lecturas adicionales (en inglés)

Impact

Leadership

Power

Mind-set



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